Parroquia de Santa Ana

Una obra de Niculoso Pissano vecino de Triana en la Iglesia de Santa Ana

aa(Italia-Sevilla. Mediados siglo XV-1529?)

Dentro de la historia de nuestra Parroquia y el barrio de Triana, hemos encontrado este artículo sobre la obra de este vecino de Triana en retablocerámico.net. Con ellos queremos seguir aprendiendo sobre la historia de nuestro barrio y nuestra Parroquia.

No cabe duda sobre el origen italiano de este artista, que tradicionalmente se ha nombrado como Francisco Niculoso Pisano o Niculoso Pisano, pero Su lugar de nacimiento debió ser Pisa o cualquier otra localidad próxima, pues el artista al firmar sus obras añadía generalmente la palabra “pisano”. En aquellas tierras transcurrieron sus primeros años y su aprendizaje, que debió producirse en uno de los talleres de Faenza, Cafaggiolo o Casteldurante.

Se desconoce el momento en el que el artista llega a Sevilla, aunque debió ser en la última década del siglo XV, asentándose en el barrio de Triana, centro alfarero de la ciudad. Posiblemente vino atraído por la fama que la ciudad había logrado tras el descubrimiento de América y que ocasionó el asentamiento de comerciantes, banqueros, artistas y gentes de toda condición y procedencia.

Lo revolucionario de su técnica y decoración debieron hacerlo famoso en poco tiempo, pues el secreto de su innovación artística fue disponer los azulejos lisos sin decorar en un panel, plasmando sobre ellos la escena de la temática que se le encargara como si se tratara de un cuadro, no quedando más que introducir las piezas en el horno para vitrificar.

Queda constancia en 1498 que vivía en una casa en Triana junto a Leonor Ruiz, su esposa. De 1503 data su primera obra documentada, la lauda sepulcral de Iñigo López en la Iglesia de Santa Ana de dicho arrabal (dice la leyenda que asegura matrimonio a las mujeres que le den siete patadas a esta lauda sepulcral), en 1504 realizaría las obras destinadas al Monasterio de Santa Paula y a los Reales Alcázares sevillanos, destacando el retablo de la Visitación de la Virgen. En mayo de 1508 Niculoso y su segunda esposa, Elena del Villar, aparecen reflejados en un documento de arrendamiento por mil maravedís de una vivienda en la calle de Santa Ana, lo cual viene a corroborar el aumento del nivel económico del artista. En este mismo año nacería su primer hijo, Juan Bautista, que tuvo padrinos de alta alcurnia, lo que viene a demostrar la estima y popularidad del pintor en los círculos más elevados de la sociedad sevillana, al que en 1510 el imaginero francés Claudio de la Cruz haría un retrato a la genovesa del artista italiano.

Su segundo hijo nació en 1511, se le impuso el nombre de Francisco. Tuvo padrinos acomodados, al igual que se sabe que Niculoso también apadrinó a otros esclavos y vecinos de Triana. Nada se sabe de otros posibles hijos tenidos en su matrimonio.

Con el trascurso del tiempo su fama fue en aumento, hasta sobrepasar los ámbitos locales, como su retablo cerámico para el Monasterio de Tentudía, en Calera de León (Badajoz) (1518), obras para el Palacio de los Condes del Real, en Valencia o la iglesia parroquial de Flores de Ávila (1526), su última obra conocida. Tres años después, en julio de 1529, su mujer Elena del Villar se compromete a pagar el tributo por las casas que su marido –difunto que Dios aya- alquiló en Triana, por lo que deducimos que debió morir pocos meses antes.

Fueron treinta años aproximadamente los que Niculoso vivió en Sevilla. En este espacio de tiempo se encargó de abrir nuevos caminos para la cerámica, no solo introduciendo el azulejo de superficie plana, sino el repertorio decorativo de grutescos, que no aparecería en ninguna decoración sevillana hasta pasados algo más de veinte años. A su taller debieron acudir muchos jóvenes deseosos de ser instruidos en la nueva técnica cerámica, algunos de los cuales llegarían a ser expertos, formar taller por cuenta propia y ser considerados maestros del oficio.

Es preciso mencionar la relación de dos centros productores de cerámica de la península ibérica en el siglo XVI: Talavera de la Reina en Toledo y Sevilla. Mantuvieron un contacto continúo en su producción. Talavera asimiló la nueva técnica del policromado introducida por Niculoso sin que por ello sea preciso considerar su presencia física en aquellos hornos. También las piezas talaveranas y sus artífices se establecieron en diversos puntos de Andalucía, obedeciendo a la fuerte demanda, generalizando las técnicas italianas de la cerámica pintada y la decoración renacentista.

Discípulo aventajado de Niculoso debió ser su propio hijo, Juan Bautista. La transmisión del oficio de padres a hijos era bastante usual en la época. Desde pequeño, Juan Bautista estaría acostumbrado al trasiego del taller paterno, el padre le iría instruyendo en el oficio hasta convertirse en maestro. De esta forma, a la muerte de su padre, con una edad de veinte años, heredaría el taller y los encargos pendientes, pero seguramente no heredó las cualidades de su padre y su producción fue escasa. Al parecer se dedicó a otras labores menos complicadas, como la producción de azulejos de cuenca o arista.

Pasaron otros treinta años hasta encontrar producción de azulejos decorados al estilo pisano, pues no es hasta 1561 cuando se sabe por un contrato que firman Roque Hernández y el flamenco Francisco Andrea, por el que éste se compromete a enseñar al primero, la técnica del azulejo pisano.

Su obra

La producción de Niculoso debió ser escasa, pues lo confirma la decena de obras que se conocen hasta la fecha. A pesar de su reducido número y de haberse perdido casi la mitad de ellas, se aprecia una clara evolución y un indiscutible perfeccionamiento con el transcurso de los años. En todas ellas acostumbraba a poner su nombre y la fecha de ejecución, norma frecuente en los artistas del Renacimiento: “NICULOSO FRANCISCO PISANO ME FECIT” y el año escrito en números romanos. Cabe señalar la diversidad de fuentes utilizadas por Niculoso para la realización de sus obras. Así, frente al claro estilo gótico, norte europeo, de sus escenas y figuras, aparece un italianismo de lo más puro en sus decoraciones con grutescos. Para las primeras, acudió a grabados alemanes, a Libros de Horas franceses y en las segundas, utilizó los diseños de Pinturicchio, Nicoleto Rosex de Modena y Zoan Andrea.

· Lauda sepulcral de Iñigo López. Iglesia parroquial de Santa Ana, Sevilla. 1503.aa

El Cristo del Socorro

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La historia de Sevilla va pareja como es habitual a la Semana Santa y su nómina de hermandades que, a su vez, forman parte fundamental de la mal llamada y peor utilizada “Memoria histórica”. La Real Parroquia de Señora Santa Ana,  contiene muchas reminiscencias de otras épocas, dentro de su extenso y recuperado patrimonio histórico artístico.

Este crucificado realizado en papelón y en un lamentable estado de conservación, pudo ser realizado en el siglo XVI, según informes aportado por investigadores al párroco de Santa Ana, Manuel Azcárate, aunque para otros historiadores su talla fue realizada por Andrés de Ocampo hacia 1620.

La suciedad acumulada y los deterioros del paso del tiempo, hacen que incluso la talla tenga casi desprendida la cabeza a la altura del cuello por la parte de la nuca, donde ha cedido el papelón y se observan grandes orificios. Otro de los lugares en los que se observa este deterioro, es en el estrecho (y sin nudo ni cordón) paño de pureza realizado con telas encoladas.

El Crucificado recibió un disparo en el año 1936 a la altura del  abdomen justo encima  del paño de pureza.

En las relaciones de hermandades que van del año 1614 a 1632, esta Hermandad trianera por antigüedad, figuraba en el puesto número 34 de las 40 listadas y pertenecía al gremio de los mareantes.

Tenía también como titular a la Virgen del Buen Viaje e igualmente tenía talla de San Juan Evangelista de talla completa que podría fecharse entre finales del siglo XVII o principios del XVIII.

Este San Juan, que junto a la Virgen del Buen Viaje se pueden contemplar en la capilla de la Virgen de la Victoria, presidió junto a los Titulares de la Hermandad de La Estrella, el quinario 2008 celebrado en el mes de febrero en la parroquia.

Estas dos imágenes, acompañaban antiguamente al Cristo del Socorro en la actual capilla Bautismal, pasando posteriormente a recibir culto en su actual ubicación. La Hermandad fue fundada por el gremio de Mareantes, cuando los mismos conocían una época de gran desarrollo gracias al comercio con las Indias y que tenía Reglas aprobadas en 1596, con sede canónica en la Real Parroquia. Prosesionaba el Miércoles Santo y tenía Hospital, junto al río, en lo que hoy es la calle Betis. La Hermandad pasó posteriormente al Palacio de los Duques de Monpensier cuando se creó el Seminario, en el cual se extinguió como Corporación a mediados del siglo XIX.

Durante la primera quincena del pasado mes de julio se ha sometido esta imagen cristifera a un proceso de consolidación de la imagen y de la capa pictórica, realizados por D. Juan Cárdenas destacando el estado de conservación de esta antigua imagen era muy deficiente debido a las humedades y a los agentes del tiempo.

Bibliografía: Glorias Religiosas de Sevilla.- José Bermejo y Carballo

Fotografía: Esteban Romera

Retablo Mayor de Santa Ana

Desde hace unos días el Retablo Mayor de la Parroquia de Santa Ana, se encuentra cubierta por una lona con una fotografía exacta para proceder un proceso de restauración tanto estultórica como pictorica por parte del IAPH, que tendrá una duración aproximadamente de 18 meses.

Este Altar sin duda, representa la imagen del barrio y de la Parroquia que data del siglo XVI. Además también se restaurará la imagen de Santa Ana, la Virgen y el Niño, que actualmente está ubicada en la Capilla Sacramental del Templo hasta que próximamente se la lleven para su intervención. Principalmente, las patologías existentes son de grietas, malformaciones y desprendimientos de policromía.

Las quince pinturas al óleo de estilo renacentista, es obra de Pedro de Campaña, representan los siguentes temas: San Joaquín rechazado del Templo, San Joaquín abandona la casa, el Ángel avisa a San Joaquín el término de la esterelidad de Santa Ana, el abrazo de San Joaquín y Santa Ana, la Natividad de la Virgen, la Virgen recibida en el Templo, la Coronación de la Virgen en el Templo, los Desposorios, la Visitación y el Nacimiento. Junto a las pinturas, alberga un conjunto escultórico de seis esculturas en bulto redondo de talla completa y de tres en la hornacina central. También existe otras ocho esculturas que representan a ángeles y se reparten por distintos puntos del retablo.

Al tratarse de un Retablo mariano, en un lugar de un Calvario, es coronado por la historia de la Asunción, debido a que el titular de la primitiva iglesia de Triana era San Jorge, se le incluye en la calle central del tercer cuerpo, así como el Nacimiento del Bautista en idéntico cuerpo. Flanqueando el tema de la Asunción y rematando el retablo se encuentran la Caridad cristiana y la romana, según unos o la Caridad y la Misericordia para otros autores. En su realización a pesar de lo novedoso y de la gran proyección de su organización arquitectónica, además de cobijar el más completo programa pictórico desarrollado por Campaña en Sevilla, se alargó más de un cuarto de siglo su inaguración, debido a la grave carencia económica por la que paso la Parroquia durante el segundo tercio del siglo XVI.

Este retablo sufrió varias restauraciones en los siglos XVII y XVIII, las cuáles transformaron al ático, y fundamentalmente, partieron la calle central con objeto de ampliar la caja que ocupan las imágenes fernandinasde Santa Ana, la Virgem y el Niño Jesús, datadas del siglo XIII, aunque parece ser fueron retocadas en el XVII

Un retablo que data del primer tercio del siglo XVI, que conserva reminiscencias góticas e introduciendo novedades decorativas de claro estilo plateresco. Sin duda podríamos decir que después del Altar Mayor de la Santa Iglesia Catedral, pudiera ser el de más calidad e importancia de nuestra ciudad.

Una obra de arte que por fin se está procediendo a las labores de restauraciòn, en el que participa la Consejería de Cultura que aportará el cincuenta por ciento, el Ayuntamiento, Cajasol, el Arzobispado, las Hermandades de la Parroquia Trianera,  la Real Maestranza de Caballería y el gremio de pescadores de la ciudad que aportarán la otra mitad del costó de la restauración.

Fotografías: Esteban Romera y Manuel Jesús Rodríguez Rechi

Parroquia de Santa Ana

En esta sección, queremos enseñar todo sobre la historia, patrimonio y vida que tiene este Templo conocido como la «Catedral de Triana». Iremos actualizando este lugar con todo lo referente a historia, la gran cantidad de restauraciones que están sucediendo actualmente, el día a día de lo que sucede con los actos, cultos y salidas que se produce en lugares tan cercanos a nuestra Patrona.

En definitiva, una sección para conocer y aprender cosas de esta Parroquia que sin duda es uno de lo más señeros e importantes de nuestra ciudad hasta cierto punto que esta fechada como una de las más antiguas de todas y donde Triana aclama y reza su Patrona, la Abuela de Dios, Santa Ana.

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